martes, 19 de abril de 2011

Nada alienta más a la delincuencia, que la compasión.







En un segundo, un delincuente puede acabar con toda una vida de dedicación y sacrificio. Cuando un delincuente entra a tu casa o una persona violenta ataca a otra en la calle sin motivo alguno hasta enviarlo a la clínica o matarlo como en el caso de Aarón Vásquez (El joven evangélico que asesinó con un bate de béisbol al ciclista Alejandro Inostroza en la plaza P. de Valdivia el 28 de octubre de 2006), ¿Que bién hacemos tratando de controlar pacíficamente a semejante animal?, no nos equivoquemos, se necesita mucho más tiempo y energía para aprender a controlar y neutralizar un "ANIMAL" que nos ataca, que ser capaces de romperle la mandíbula. Es lejos más difícil, esquivar y evitar golpes violentos, que hacer saltar en pedazos la rótula del agresor. Aquellos que tenemos la capacidad de defendernos, lo debemos hacer. "todo lo que se necesita para que prevalezca la delincuencia, es que la gente de buena voluntad no haga nada".

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